Si, ese es el nombre que se debía dar a las Autonomías. Son entidades gestionadas por y para los políticos. Allí el que tiene la voz cantante, es decir el que ganó las elecciones, hace y deshace a su antojo y capricho, favoreciendo a los miembros de su partido. De ella viven los diputados autonómicos, los gobiernos autonómicos, las sociedades autonómicas, los amigos del partido. Todos hacen un buen negocio. Se reparten cantidades ingentes de dinero en forma de ERES, subvenciones, patrocinios y otras formas. Se dan puestos de trabajos a los elementos del partido, manipulando las oposiciones si es necesario, para que entren los que interesan. Se legisla o se cambian las leyes autonómicas para beneficiar a los del partido. En cada comunidad se legisla de una forma distinta, de manera que en Cataluña, Andalucía, Castilla la Mancha o donde sea, rigen normas distintas para cosas que son iguales. El otro día estaba en una farmacia y entró una pareja joven pidiendo una determinada medicina, la farmacéutica les pidió la receta y los clientes le respondieron que no tenían, puesto que de donde ellos venían no la necesitaban. La farmacéutica les respondíó que en Andalucía, la receta, era necesaria, aunque a pesar de ello se la dispensó. En ese preciso momento todos los clientes que allí estaban, empezaron a protestar por lo de las autonomías diciendo que todo era un mamarracho, expresando algunos que era preciso que desapareciesen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario