Es curioso darse cuenta de la distancia
que existe entre las personas normales y los políticos. Estoy seguro
de que si se hiciera una encuesta a los jerezanos preguntándoles su
opinión sobre el exceso de trabajadores en el Ayuntamiento, la gran
mayoría estaría de acuerdo en que hay que disminuir su número.
Ya los socialistas, que hoy se ponen
las manos en la cabeza con el dichoso Ere, intentaron hacer algo
parecido, pero que no les salió bien, porque no tuvieron el valor
suficiente. La ex Pilar Sanchez valoraba más los votos que podía
perder que la estabilidad del Ayuntamiento.
Se haga como se haga la relación de
despedidos nunca estarán de acuerdo ni la oposición ni los
sindicatos, pues desgraciadamente para lo que están es para llevar
la contraria, con o sin razón, a los que detentan en ese momento el
poder.
Cuando el que está en el poder pasa a
la oposición cambia todos sus planteamientos anteriores y se opone a
lo que antes defendía.
Así son los políticos, ellos juegan y
juegan, pero pocas veces hacen algo serio.
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