sábado, 24 de noviembre de 2012

El poder.

En Egipto se montó la marimorena para quitar a un dictador y establecer una democracia.
Hubo elecciones generales y eligieron a un nuevo gobernante, Mursi se llama.
Este gobernante, salido de las urnas, resulta que no es un demócrata, ya que ha redactado un documento en el que se dice que todas las decisiones tomadas hasta ahora por Mursi y las que tome en el futuro serán «inapelables por cualquier método o ante cualquier órgano» hasta que entre en vigor la nueva Constitución. El presidente consigue así desactivar la única oposición que, por ahora, podía frenarle los pies, la Justicia.
Yo no sé que tendrá el poder o que tipo de gente es la que accede a él, que ya no quieren dejarlo, por que no me cabe duda que lo que está haciendo es blindarse para poder seguir eternamente como presidente de ese país.
Le sucede igual que a Hugo Chávez en Venezuela, a Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, a Putin en Rusia.
Todos hacen y deshacen las constituciones de sus países para perpetuarse en el poder. Todos consideran que ellos son el país. Y esto no nos debe sonar tan lejano. Concretamente en Jerez teníamos a nuestro Pedro Pacheco que, siendo alcalde, cada vez que lo atacaban decía que lo hacían contra Jerez. En Cádiz tenemos a Irene Garcia, del Psoe, que quiere tener todo el poder concentrado en ella misma. En nuestro país tenemos a Arturo Mas, el presidente en funciones de Cataluña, que ahora que lo acusan de aceptar comisiones dice que están atacando a Cataluña.
Yo estoy seguro que si logra la independencia se convertirá en otro Chavez, Putin, Mursi o Kirchner.

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